Después de haber escrito valiosos libros sobre el psicoanálisis de niños y sus protagonistas, desde Anna Freud y Melanie Klein hasta Arminda Aberastury y Telma Reca, y luego de haber escudriñado profundamente en la anorexia y la bulimia, Silvia Fendrik se anima a internarse en un tema tan apasionante como poco frecuentado, la sexualidad del varón, del hombre, no menos enigmática que la de la mujer, mucho más estudiada.
Fendrik fija su mirada en personajes arquetípicos, Hamlet, Don Juan, Casanova y Fausto, que encarnan un fértil campo de estudio y de reflexión. Todos ellos, sin duda, son el hombre frente (o junto) a la mujer; pero muy distintos entre sí, tal como los entiende esta mujer cuestionadora e inquietante que es Silvia Fendrik.
La relfexión de Silvia Fendrik culmina con un bello ensayo sobre Antígona, y es así una mujer la que cierra este estudio sobre la sexualidad del hombre. Fendrik comienza con un dato inesperado, poco conocido: Sófocles escribió Antígona veinte años antes que Edipo Rey y treinta antes que Edipo en Colono, que es la tragedia póstuma de Sófocles…
Del prólogo de Horacio Etchegoyen